lunes, 15 de febrero de 2010

"Dios no es matancero"

Cada vez que lluve pasa lo mismo pero nadie se hace cargo. ¿La culpa la tiene Dios o La Madre Naturaleza?



Contrariamente a lo que muchos “expertos” citados por importantes diarios piensan y dicen, no son las grandes obras de infraestructura las que evitarán que Bs. As. se inunde sino la toma de conciencia sobre cómo se contruye la ciudad.

La sistemática impermeabilización del suelo absorbente junto con la construcción indiscriminada de viviendas en torres o propiedad horizontal son sólo algunos de los factores que posibilitan que la ciudad se inunde, al margen de los efectos produccidos por el cambio climático.

Ramos Mejía se inunda ante cada lluvia y la localidad colapsa. Los vehículos quedan imposibilitados de seguir su camino y algunos quedan flotando, otros acampan en las veredas del lugar porque las calles que se convierten en ríos mientras en algunos lugares los frentistas encima se quedan sin electricidad.


Espinoza le echa siempre la culpa a la madre naturaleza, a que los vecinos sacan la basura fuera de hora o que los adversarios políticos aprovechan para provocar caos, pero hay una porque que no cuentan.


Nosotros somos convidados de piedra ante un escenario preparado por ellos para que se produzcan las inundaciones, además nunca tuvimos voz en las malas decisiones que tomaron. El 28.02.08 quedó demostrado…


Los funcionarios y “los emprendedores” inmobiliarios son los responsables y los vecinos desde hace años están tratando de pararlos.


Uno de los principales temas, es que se redujo sensiblemente la cantidad de espacios verdes, tanto públicos como privados.


Se construyeron edificios en altura indiscriminadamente e ilegalmente en casi toda la localidad.


No se respetó el pulmón de manzana absorbente a través de ordenanzas no convalidadas.


Por obra de sucesivas repavimentaciones, el nivel de las calzadas ha sido elevado ostensiblemente.


El Boom inventado de la construcción en propiedad horizontal, ya sea entre medianeras o en edificios de perímetro libre (torres), eliminó la existencia de terrenos privados absorbentes.


Durante el siglo XX se redujo la cantidad de espacios verdes públicos. Esto, además de ser un perjuicio directo a la población porque se le eliminó la posibilidad de su disfrute, se constituyó en una sensible pérdida de superficie absorbente. En Ramos por su población real, y teniendo en cuenta el mínimo de espacios verdes que hay que tener por cada habitante según la OMS y el Decreto-Ley 8912/77, faltan más de 200 plazas. Sí, saque la cuenta…


Los edificios en altura implican excavaciones muy profundas que sobrepasan largamente las dos primeras napas de agua. La red de bases de hormigón construidas, constituyen -subterráneamente- un verdadero dique a la evacuación de las aguas de lluvia, retrasando y muchas veces impidiendo el escurrimiento.

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